El Almanzor

3 de junio de 2008. Para empezar este blog


Diré que soy castellano de tierra llana, la región de Tierra
de Campos. Cereales y barro. Sol y heladas. Gentes curtidas por el cierzo que reseca las gargantas y ciega los ojos.
Tierras venidas a menos, a casi nada.
Pero Castilla es mucho más. Montañas y bosques, ríos y lagunas, ciudades y aldeas que aún conservan esplendor y belleza de tiempos ancestrales.
Mi propósito es ir añadiendo a esta página sugerencias que se me ocurran con motivo de mis paseos y visitas por esta tierra mía.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Granada pone en evidencia mi incultura. ¡Volveré!

Granada es sobre todo La Alhambra, pero es también mucho más.


Hay perros policía que patrullan por las calles.


Tiene calles como ésta.



La ciudad de Granada se traga al Darro, o el Darro no quiere molestar a Granada.


Puentes árabes, especialmente bellos…


… son reemplazados en sucesivos alardes de la técnica, hasta casi desaparecer. Esta es la entrada a La Alpujarra, dirección Lanjarón, Valle de Poqueira, Trevélez, etc.


La Alpujarra conserva lo que otros ya olvidamos y destruimos,


como estos lavaderos que, aún deteriorados, sigue estando ahí para ser útiles. Porque no sólo con la lavadora se lava, hay y hubo otras maneras. En mi pueblo lo hacían las mujeres en el río, rompiendo el hielo en invierno. Luego tendían la colada en la hierba para que blanqueara.


Esto es típico de aquí, pero las balconadas que ocupaban espacio público también se dan en mi tierra.


No sabía qué pintaba Pedro Antonio de Alarcón en La Alpujarra hasta que me enteré de que escribió precisamente "La Alpujarra". De ahí que le hayan puesto un museo en Capileira.
Por cierto, qué nombre el de Capileira. No es gallego, aunque algunos vinieron para acá. El nombre procede de los íberos que ocuparon estas tierras.


No lo subí, sólo me acerqué para la foto. El Veleta y el Mulhacen parecen a tiro de piedra. No falta mucho, porque la foto está hecha a 2.600 metros de altura. Una pista para pocos nos llevó hasta allí.

Esta foto no podía faltar, para mostrar que estuve visitando La Alhambra.


Aquí rezaba el sultán. Era su oratorio particular antes de recibir a los regios visitantes en el Salón de Embajadores.


No muy lejos y bien disimulada estaba la letrina que, por supuesto, no era visitable ni tenía rótulo identificativo.


Jardines, en Granada. Este era sólo para el uso y disfrute del califa y del emperador.


Porque aquí estuvo Carlos V con todo su poder.
¡Gloriosa ocurrencia construir este mostrenco de piedra renacentista junto (y a pesar de) al ladrillo y al estuco delicado árabe!


Y más jardines deliciosos: El Jeneralife


Esto es Guadíx, las casas-cueva menos vistosas que están detrás de la imponente catedral y de la alcazaba.


Entre los habitantes de las casas "trogloditas" (así las titulan los carteles) vivió y testimonió su fe el P. Poveda. ¡Quién lo diría ahora! ¡Claro que si Jesús, el carpintero, ha derivado en lo que ha derivado, Poveda no iba a ser menos!


Me habían dicho que los andaluces eran exagerados. Pero de estos enterramientos neolíticos hay más de cien en este pueblo: Gorafe. El paraje "El llano de los olivos" (por cierto, no hay olivos sino encinas y almendros) impresiona por el silencio y la soledad.


No me podía marchar de Granada sin visitar La huerta de San Vicente y contemplar la casa museo de Federico García Lorca. Los granadinos han convertido todo esto en un hermoso parque jardín con circuito deportivo, pero por encima de todo está un impresionante foco cultural, como lo demuestra este enlace http://www.huertadesanvicente.com/.


En Almagro se dieron gloriosos y pretenciosos señorones, tal y como manifiesta este escudo tan sencillo y humilde.


Pero conserva belleza señorial de las gentes de Castilla, que no sé si es manchega, pero siempre será La Nueva.


Una vieja posada convertida en corral de comedias. Eso es saber cambiar de uso. En mi tierra han convertido antiguos pajares en lugares de cultura.


De las Tablas de Daimiel sólo sabía que existían, pero casi dejan de existir por el descontrol de unos y de otros. Afortunadamente todavía queda algo de agua para los patos.

En Las Tablas todo está muy didácticamente señalado y explicado.
¿Y visitado? No lo tengo tan claro a juzgar por lo que me costó encontrar el camino desde Daimiel.

Tal vez mis comentarios tengan un cierto tono cínico. No es mi ánimo. He vuelto de Granada tan tocado como volví de Galicia, pero no sé qué palabra emplean los andaluces en lugar de nostalgia.
Ahora me explico la tristeza y el llanto de Abu 'Abd Allāh Muhammad (أبو عبد الله محمد), último rey de Granada con el nombre de Muhammad XII, miembro de la dinastía nazarí, llamado por los cristianos Boabdil o Boabdil el Chico y conocido popularmente en su tiempo con el sobrenombre الزغابي Al-Zugabi, "el Desdichado", al verse obligado a dejar su ciudad.
Por cierto, no llegué a visitar la colina del Suspiro del moro.
La ciudad es preciosa. No sólo el Albaycín, también la ciudad nueva, catedral incluida, con sus amplias calles y avenidas. El mirador de San Cristóbal ofrece Granada en todo su esplendor. La vega granadina, en gran parte construida, da idea de lo que fue feraz huerta.
La Alpujarra, Sierra Nevada, el Marquesado… no hubo tiempo para más.
Prometo rehacer mis comentarios. Y me prometo volver por aquella hermosa tierra.

domingo, 31 de agosto de 2008

Galicia, con saudade

En Galicia parece ser que todos los caminos conducen al mar. Como éste, entre Muros y Carnota. No era un lugar demasiado turístico, sin embargo, aunque todo el mundo habla de estas playas.

Carnota tiene fama por muchas razones, pero este hórreo es mucho. ¡Cómo tuvieron la ocurrencia de construir algo tan largo! Parece ser que la competencia con un pueblo vecino, Lira, fue la razón de todo este despropósito. Donde esté un hórreo normal, que se quite este engendro…

No me dio la gana poner el faro de Finisterrae. El Atlántico golpea con furia el acantilado en un plácido día soleado, donde otrora dominaban las brumas.

Finisterra tiene su homenaje al emigrante. ¿Sólo gallego? ¡Ojalá no!

Hasta las hortensias en Galicia son desmesuradas. Comparadas con ésta, la mía es una cagadita. Un jardín de una casa de Finisterra.

Un olivo en el centro mismo de Cambados. Había más cosas, pero a mí me gustó esta imagen.

En Bayona y en todas partes unos trabajan y otros comen del trabajo de los demás. Las gaviotas son unas descaradas.

El Atlántico abierto del todo, besa la costa con todo menos con caricias.

En La Guardia, el Sil es todo mar. El Atlántico lo recibe amoroso.

Santiago, lugar donde una mochila o cientos tienen cabida en la misma catedral. Misa de los Peregrinos, a las 12 en punto. Lleno absoluto. Para algo está el botafumeiro, digo yo; pero no lo usaron esa mañana.

El Obradoiro para pasear, para terminar, para contemplar, para tirarse desfallecido al suelo…

Los detalles son los detalles. Esto estaba en el mercado de Santiago.

Las benditas ánimas también tienen su lugarcito. En Santiago, ¡cómo no!

Se cuidan las lecturas, también en Santiago.


La Casa de la Troya, mientras comía comida no muy gallega. En Santiago todo es posible.


Hay que reparar los barcos, en Cedeira.


Estaca de Vares, o de Bares, o como sea, el extremo norte de todo.


El Cantábrico es bravo, en San Martín de Teixido. A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo". Volveré, muerto o vivo. Prefiero hacerlo vivo, pero nunca se sabe…


En Foz hay tiempo hasta para charlar sin prisas. Te quedas de piedra mirándoles.


Bella imagen de María, en San Domingos de Bonaval, donde también está el Museo do Pobo Galego, en Santiago.


Cada cual se gana la vida como puede, incluso en Santiago.


El Maestro Mateo, tan discreto… Pero esta vez se salvó de las obras que ocultaban su precioso Pórtico de la Gloria. Llegar a Santiago y no poder disfrutar de esta hermosura es un quebranto que no merecíamos.


Galicia te deja el ánimo así como un poco… Foto del Museo do Pobo Galego, en Santiago.

jueves, 14 de agosto de 2008

Pirineos de Huesca. Valle de Benasque


Subiendo a la Tuca de Salbaguardia


El Aneto, desde Salbaguardia


El Poset o Llardana, desde Salbaguardia


El Perdiguero, desde Salbaguardia


Tuca de Salbaguardia y Portillón de Benasque


Ibonet de Batisielles


Entrando en el Valle de Remuñe


Lirios en las praderas de Remuñe


Campanulas en Remuñe


Tras el torrente y los neveros, el Portal de Remuñe


El Río Estós, antes de la presa


Valle de Estós desde el Refugio de la Coma


Cascada del Perdiguero, en Estós


Gorga Galante 1ª


Gorga Galante 2ª


Valle de Estós desde el desfiladero del Estrecho


Congosto del Ventamillo, entrada casi única al Valle de Benasque


Desfiladero de Pancorbo, paso obligado hacia Castilla

Arbol en Peñalba de Santiago